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Un hermano con cáncer

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Cuando nos dicen que nuestro hijo tiene cáncer infantil, nuestra vida se pone patas arriba. Cambian nuestras rutinas, cambian nuestras prioridades y, por supuesto, nuestros sentimientos. Pero en este proceso, muchas veces se nos olvida que hay un niño que tiene un hermano con cáncer. ¿Qué podemos hacer en lo que a ellos respecta?

Contarle que tiene un hermano con cáncer

Es muy importante escoger bien las palabras que utilizamos. Tenemos que utilizar palabras que ellos entiendan, adecuar lo que decimos a su edad (no es lo mismo que el hermano tenga 5 o 15 años). A los más pequeños podemos decirles, simplemente, que su hermano está enfermo pero que los médicos le están ayudando.

A partir de los 6 años (aproximadamente) lo niños empiezan a hacer más preguntas y necesitan que les expliquemos más cosas. Son conscientes de que el cáncer es algo serio y quieren saber qué es. Aunque nos cueste, nosotros se lo tenemos que explicar. Para hacerlo algo más fácil, podemos utilizar cuentos o vídeos, pero tenemos que estar preparados para responder a sus preguntas, que no serán pocas.

Los adolescentes no suelen necesitar tanta información como los más pequeños. Conocen las implicaciones que puede tener el tener un hermano con cáncer. Por eso, nos centraremos en sus sentimientos y en cómo les afecta la noticia.

Lo más importante es, sin duda, explicarlo de manera clara y que no queden preguntas que contestar. Aunque utilicemos cuentos para hablarles sobre su hermano con cáncer, tenemos que tener en cuenta que son solo una herramienta: no debemos escudarnos detrás de una historia, tenemos que ser sinceros.

Necesidades que pueden tener los hermanos

  • Comunicación. Como ya hemos dicho, tienen que recibir información clara y adaptada a su edad. Iremos explicándoles todos los procesos por los que va a pasar su hermano con cáncer: va a tener que ir al hospital, va a recibir este tratamiento o va a tener que tomar pastillas, se le va a caer el pelo… Tienen que saber qué le va a pasar a su hermano, y que no le pille por sorpresa.
  • Implicación. Llevarle a visitar a su hermano y participar en sus cuidados puede ayudar a estrechar los lazos entre ellos. Además, ayuda a normalizar la situación para él, deja de ser una situación desconocida. De todas maneras, tampoco lo forzaremos. Si nuestro hijo tiene claro que no quiere ver a su hermano con cáncer, respetaremos su decisión y pensaremos en alternativas.
  • Atención. Cuando un niño tiene un hermano con cáncer, muchas veces se siente olvidado. El hermano no puede prestarle atención por su enfermedad, y los padres centran su atención en el hermano enfermo. Estos sentimientos de abandono pueden cambiar su manera de ser, y encontrar acciones en ellos que no esperáramos. Intentaremos prestarles atención en la medida de lo posible.
  • Ayuda psicológica. Los niños que tienen un hermano con cáncer pueden necesitar mucha ayuda: sentimientos de abandono, culpa, tristeza… Como padres, nos aseguraremos de explicarles que no les queremos menos, que no tienen la culpa de la enfermedad de su hermano… Pero aun así, es posible que debamos acudir a un profesional en psicooncología.
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El duelo como hermano

Aunque nos gustaría que no fuera así, el duelo es una realidad sobre la que tenemos que hablar sí o sí. En el duelo, solemos centrarnos en el de los padres, porque pensamos que el más duro es el suyo y los hermanos, una vez más, quedan en un segundo plano.

Como padres, nos toca asegurarnos de que nuestro hijo también esté lo mejor posible. Hablaremos de manera abierta con él sobre el duelo, sobre cómo se siente… Y pasaremos tiempo con él. Si durante la enfermedad de su hermano necesitaba atención, ahora la necesita mucho más.

Crearemos un espacio seguro en el que puedan hablar de cómo se sienten y de qué necesidades tienen. Nosotros hablaremos sobre cómo nos sentimos y les animaremos a que sean sinceros con nosotros. Esto puede ser más difícil en el caso de los adolescentes, ya que en muchos casos no son tan abiertos con nosotros como deberían ser. Si no creemos que vayan a querer hablar con nosotros sobre ello, lo mejor sería ofrecerles ayuda profesional para que les facilite este proceso.

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El impacto del cáncer infantil sobre la familia

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Todos sabemos lo duro que es el cáncer infantil para los niños y adolescentes que lo sufren: tratamientos duros, muchos hospitales, médicos, pruebas… Pero el impacto del cáncer infantil en las familias tampoco se queda atrás. Aquí analizaremos cómo nos afecta a todos nosotros.

Impacto del cáncer infantil en el propio niño

En este caso, el impacto emocional y psicológico de la enfermedad depende, en gran medida, de la edad. Y es que los más pequeños no entienden la gravedad que supone, aunque sí que les afecta de alguna manera: Estar en el hospital (o los hospitales, en algunos casos) causa sensaciones de ansiedad en ellos, y el estar separados de sus padres, hermanos, amigos… también les afecta emocionalmente.

Según se van haciendo más mayores, van entendiendo que es un asunto serio, incluso si no se lo explicamos. Por eso, se recomienda explicárselo (siempre adecuado a su edad), para que no piensen que es un “castigo”, y para evitar posibles sentimientos de culpabilidad.

Cuando empiezan a acercarse a la preadolescencia y a la adolescencia, empiezan a entender mejor la enfermedad, y es cuando se les empieza a dar más información sobre ella.

En el caso de los adolescentes, el impacto del cáncer infantil suele ser más grande, porque ya suelen entender las implicaciones que conlleva este diagnóstico tan duro, y suelen reaccionar de manera parecida a los adultos. Además, sufren por no poder estar con sus amigos, ya que a esta edad es muy importante la socialización. También suelen temer a los cambios físicos y a las secuelas sociales que estos puedan traer.

Impacto del cáncer infantil en los hermanos

Muchas veces, al hablar de familiares de niños con cáncer infantil nos olvidamos de los hermanos. Por eso, queremos dedicarles un espacio específico para ellos, ya que también sufren el impacto del cáncer infantil. En este caso, también depende de la edad del hermano, pero sobre todo de su forma de ser y su situación familiar.

Al estar los padres tan centrados en el hermano enfermo, pueden sentirse algo apartados de ellos, como si se les hubiera dejado de lado. A veces incluso sienten celos de él por recibir tanta atención de los padres. De todas maneras, los sentimientos de tristeza, ansiedad, miedo y preocupación suelen estar en la mayoría de ellos.

La manera de responder ante estas sensaciones es diferente en cada niño. Algunos desarrollan una gran madurez, llegando a ser otra figura paterna o materna para el resto de hermanos, para suplir esa falta de atención de los padres. También pueden intentar llamar la atención para que los padres les hagan más caso.

Impacto del cáncer infantil en los padres

El impacto del cáncer infantil en los padres suele ser bastante fuerte. Vivimos muy de cerca todos los tratamientos y cambios por los que pasa nuestro hijo, y muchas veces nos sobrepasa la impotencia de no poder hacer nada. Muchos padres acaban teniendo problemas de ansiedad y depresión, pero no hablan de ellos porque creen que, como su hijo es el que está enfermo, lo que sienten ellos no es tan importante.

También es muy estresante a nivel de organización. Un diagnóstico como el del cáncer infantil pone nuestro día a día patas arriba, y tenemos que cambiar por completo nuestros horarios y costumbres para adecuarlas a la nueva situación.

La relación entre los padres también puede verse afectada. Al ser una situación de sentimientos tan fuertes, si teníamos problemas de antes, discutiremos aún más, llegando incluso a la separación.

El impacto del cáncer infantil también afecta a nuestra relación con nuestros otros hijos. A veces, tendemos a sobreprotegerlos, pensando que así evitaremos que pasen por situaciones como la que está pasando nuestro hijo enfermo. Es importante recordar que los niños son como esponjas, lo absorben todo. Si ven que estamos nerviosos o estresados por la situación de su hermano, ellos también lo estarán. Por eso, intentaremos afrontar las cosas de la manera más tranquila que podamos. Nos ayudará a nosotros y a nuestros hijos.

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¿Qué podemos hacer para reducir el impacto del cáncer infantil?

Empezaremos diciéndote que es imposible eliminar el impacto que tiene sobre nosotros, siempre habrá algo. De todas maneras, te dejamos algunos consejos que podrían ayudarte.

Como hemos comentado, una de las cosas que más afecta a los más pequeños es el estar en el hospital: Un sitio desconocido, lleno de gente desconocida y aparatos raros que dan miedo. Podemos intentar amenizar estas estancias, por ejemplo, llevando sus juguetes favoritos, dando un paseo por el hospital o, simplemente jugando a ser médico para que se familiarice con el entorno.

En la Cuadri del Hospi surgió un proyecto para crear un espacio para nuestros hijos, y el 15 de febrero de 2020 inauguramos el Gunea en el hospital de Cruces. Puedes preguntar en tu hospital si sería posible hacer algo parecido, en un proyecto muy bonito y los niños te lo agradecerán.

El ver a nuestros hijos en un ambiente más distendido también nos ayuda a nosotros, y aunque sea por un momento, se nos olvida la dureza de lo que estamos viviendo. De todas maneras, te animamos a que pidas ayuda si ves que la enfermedad está teniendo un impacto muy grande sobre ti. Los psicooncólogos te ayudarán a que sea algo más llevadero.