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Deporte: ¿Cómo ayuda frente al cáncer infantil?

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El deporte es algo que nos beneficia a todas las personas, independientemente de nuestro sexo, raza, edad o condición física. Hay incluso estudios que dicen que puede ayudar a prevenir algunos tipos de cáncer. Para las personas a las que ya les ha tocado esta enfermedad también tiene beneficios. Te los enseñamos aquí.

Principales beneficios del deporte

Además de cómo nos ayuda a las personas que no tenemos enfermedades (mejorar la autoestima, el humor, la depresión…), podríamos hablar de dos principales beneficios que tiene deporte para las personas con cáncer (o, en este caso, cáncer infantil).

Por un lado, reduce los efectos secundarios del tratamiento frente al cáncer infantil, como pueden ser las náuseas o la astenia (la sensación de cansancio). Muchas veces, frente a este último creemos que lo mejor es que nuestro hijo repose, cuando en realidad el deporte le vendrá mucho mejor. Sabemos que puede sonar raro o contraproducente, pero es un cansancio que mejora mucho con el ejercicio. Por supuesto, no podemos poner a nuestro hijo a correr una maratón el dia siguiente de recibir quimio; siempre hablaremos con su médico y haremos actividades que estén amoldadas a su situación.

Uno de los motivos por los que se recomienda el deporte para los niños con cáncer infantil es porque, al pasar tantas horas en reposo, nuestros hijos pierden masa muscular. Para recuperarla, tendremos que recurrir al ejercicio, poco a poco y ajustándolo a sus necesidades. Aun así, intentaremos hacer algo de ejercicio siempre que podamos, porque los músculos son muy importantes para nuestro organismo. Metabolizan los nutrientes y participan en la liberación de hormonas. Por esta razón, las personas con menor masa muscular tienen menos posibilidades de sobrevivir que aquellas con mayor masa muscular.

¿Qué hacer justo después de un tratamiento?

Es importante mantener el cuerpo activo siempre que podamos, aunque sabemos que no siempre es fácil. Si nuestro hijo acaba de recibir el tratamiento contra el cáncer infantil, tenemos que darle tiempo para que se recupere de los efectos secundarios. Empezaremos por actividades muy suaves, siguiendo las recomendaciones de sus médicos y, con el tiempo, iremos subiendo la intensidad y la duración de los ejercicios. Podemos empezar caminando con nuestro hijo despacio y pocos minutos al día. Por supuesto, si vemos que está muy cansado, no le obligaremos a hacerlo, aunque sí que intentaremos hacer deporte por lo menos 3 ó 4 días por semana.

Dependiendo de cómo avance nuestro hijo, podemos fijarnos unas pequeñas metas, como aumentar el tiempo 5 minutos o ir y venir del pasillo 10 veces. De todas maneras, tenemos que tener en mente que tienen que ser metas flexibles porque no queremos forzar a nuestro hijo a pasarse de sus límites. Por eso, en vez de, por ejemplo, decidir que tiene que andar 20 minutos al final de la semana, simplemente podemos poner la meta de andar 20 minutos y celebrarlo cuando llegue. También aprovecharemos los momentos en los que no estén tan cansados para intentar aumentar un poco el ejercicio y así poder progresar poco a poco.

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¿Qué ejercicios puede hacer mi hijo?

Como ya te imaginarás, depende de la situación en la que estaba tu hijo antes del cáncer infantil y de los hábitos que tuviera. Si empezáramos desde una situación de sedentarismo, lo primero sería, por supuesto, caminar. También lo sería si no puede moverse mucho por su tratamiento o si se siente muy cansado.

Como norma general, se recomienda caminar unos 30 minutos al día (o, por lo menos, 150 minutos a la semana). Si al principio no puede, no le forzaremos, pero intentaremos llegar a esa meta, ya sea a corto, medio o largo plazo. También se puede combinar con deportes como el Tai Chi o el Yoga. Puede que no le cansen tanto como otros, pero movilizan su cuerpo y ayudan a su masa muscular.

Poco a poco, les iremos ayudando a elegir algún deporte que les guste, ya que si lo hacen motivados les costará algo menos, ¡y además disfrutarán! De todas maneras, es importante que estemos a su lado para aconsejarles sobre qué deporte elegir. Muchas veces, a nuestros hijos les suele gustar mucho un deporte en particular, pero puede que por el tipo de cáncer infantil que hayan tenido no sea recomendable para ellos. Por ejemplo, por mucho que a nuestro hijo le guste la gimnasia artística, no sería recomendable si el cáncer infantil le ha afectado a los huesos.

La Unidad de Oncología Pediátrica del Hospital U. Cruces a pesar de no disponer de un espacio adecuado en donde instalar un gimnasio, cuenta ya con 10 aparatos (2 bicis estáticas infantiles, 2 elípticas junior y 6 pedalinas), para que los niños, niñas y adolescentes con Cáncer ingresados, puedan jugar y ejercitarse durante los tratamientos de quimioterapia y radioterapia.
Esta iniciativa, está englobada en el proyecto liderado por La Cuadri del Hospi que consiste, en implantar un programa para fomentar el ejercicio físico, reducir la fatiga y mejorar la calidad de vida de los y las menores diagnosticadas de Cáncer; el cual se está desarrollando de forma favorable, gracias al apoyo inestimable del equipo de enfermería y al excelente funcionamiento del acuerdo de colaboración con el Centro Aita Menni (Hermanas Hospitalarias) de Bilbao, especializado en la rehabilitación física y neurocognitiva.