Hay mucha gente que quiere donar médula ósea, pero no sabe cómo. Si estás leyendo esto, probablemente hayas pensado en hacerlo o, al menos, quieres informarte sobre cómo se hace. Por eso, antes de empezar queremos darte las gracias. Aquí te aclararemos los pasos que tendrás que dar para convertirte en donante.
¿Qué es la médula ósea y por qué debería donarla?
Es un tejido esponjoso que hay dentro de algunos huesos. Tiene muchas células madre, que también se conocen como progenitores hematopoyéticos. Estas células de nombre tan raro se encargan de producir glóbulos rojos (que transportan el oxígeno entre los tejidos), glóbulos blancos (que luchan contra las infecciones) y plaquetas (que coagulan la sangre cuando se rompe un vaso sanguíneo). Es importante recordar que no tiene nada que ver con la médula espinal.
Hay enfermedades, como algunos tipos de cáncer, que dañan la médula ósea. En muchos casos, la única manera de que la persona enferma sobreviva es realizarle un trasplante de médula de alguien inmunológicamente compatible. Y aquí viene el problema, ya que es muy difícil encontrar a alguien con alta compatibilidad. Para que te hagas una idea, solo una de cada cuatro personas puede recibir la médula de algún familiar. Donar médula ósea podría salvar la vida de alguno de los otros tres.
¿Quién puede donar médula ósea?
En principio, si tienes entre 18 y 60 años, podrías donar médula ósea. Pero, ojo, desde 2018 solo se admiten nuevos donantes de entre 18 y 40 años. Es decir, si tienes entre 40 y 60 años solo podrías donar si te hubieras inscrito antes de cumplir los 40 (o antes de 2018). Esto es porque cada vez se solicitan más donantes de menos de 40 años, y porque se obtienen mejores resultados.
Además de cumplir el requisito de la edad, no podrás tener enfermedades que puedan ponerte en riesgo al donar o enfermedades que puedan transmitirse al receptor mediante el trasplante.
Si estás pensando en convertirte en donante, tienes que tener en cuenta de que es un compromiso a largo plazo. Puede que pasen años desde que te inscribas hasta que te llamen para donar, o que, directamente, nunca sea necesaria tu médula ósea.
¿Qué tengo que hacer para hacerme donante?
Lo primero de todo, infórmate. Puedes encontrar mucha información en la web de la ONT (Organización Nacional de Trasplantes) o en la de la Fundación Josep Carreras, o llamando a tu Centro de Referencia de Donantes. Antes de inscribirte, es muy importante que leas bien el Consentimiento Informado y todo el documento de inscripción en el Registro. Además, asegúrate de haber resuelto todas tus dudas antes de dar el paso de donar médula ósea.
Llama al Centro de Referencia de Donantes de tu Comunidad Autónoma y concerta una cita para inscribirte. Allí resolverás las últimas dudas que puedas tener, rellenarás y firmarás el documento (junto con un testigo) y te extraerán sangre para hacer las pruebas de compatibilidad. También tendrás que firmar una autorización para poder poner tus datos en el registro mundial de donantes.
Y ya puedes donar médula ósea, ahora sólo tocaría esperar a que te llamen. Como hemos visto antes, puede que tarden mucho en llamarte o que ni siquiera lo hagan. Por eso, no te impacientes. Ser compatible con alguien es muy difícil.
Me han llamado, ¿qué hago?
¡Felicidades! Vas a poder ayudar a salvarle la vida de alguien. Si quieres seguir adelante, volverán a sacarte sangre y a hacerte un examen médico para confirmar que, efectivamente, no tienes ninguna enfermedad que pueda poneros en peligro a ti o a la persona receptora. Si todo sigue bien, te darán una cita con tu Centro de Referencia.
Allí, te harán un análisis de sangre más, una radiografía de tórax, un electrocardiograma y pruebas respiratorias, además de una revisión médica completa. Te harán estas pruebas en el centro más cercano a tu domicilio que tenga experiencia en extracciones de médula ósea. Si los resultados son buenos, el proceso seguirá adelante.
Lo siguiente será firmar el Consentimiento Informado para ser anestesiado y poder donar médula ósea. Este será el último momento en el que podrás parar el proceso. Si todavía quieres seguir adelante, decidirás de qué manera se te extraerá.
¿Qué métodos hay para extraerla?
Donar médula ósea mediante transfusión de sangre periférica
Durante los cinco días anteriores a la extracción, te pondrán unas inyecciones subcutáneas. Lo que hacen esas inyecciones es hacer que las células madre de las que hablábamos antes (sí, esas del nombre tan largo) salgan de la médula ósea a la sangre. En el tiempo en el que estés con las inyecciones, puede que te encuentres algo mal, pero los síntomas desaparecerán fácilmente.
El día de la extracción lo harás en un hospital. Durante el proceso, te sacarán sangre por un brazo. En esa sangre están las células madre que han sacado las inyecciones desde la médula ósea. La sangre que te saquen pasará por una máquina que se llama separador celular. Esa máquina filtra la sangre y recoge las células madre. El resto de la sangre volverá a tu cuerpo por el otro brazo. El proceso tardará unas 3 ó 4 horas, pero las pasarás cómodamente, en una camilla anatómica.
Puede ser que en algunos casos (por ejemplo si hay una gran diferencia de peso entre el donante y el receptor) se necesite realizar una segunda extracción al día siguiente.
Trasplante de médula ósea
En este caso, te tocará dormir en el hospital. Ingresarás la noche anterior a la extracción, y la realizarán a la mañana. Te pondrán anestesia (puede ser general o la epidural) y harán dos punciones en las crestas ilíacas, que están en la zona de atrás y de arriba de la pelvis. Así, extraerán las células madre directamente desde el hueso. Este procedimiento suele tardar una o dos horas.
Dependiendo de la cantidad de médula ósea que te hayan extraído, es posible que necesites una autotransfusión de sangre. Cuando despiertes de la anestesia, puede que te hagan tomar una pastilla de hierro, para recuperar la el volumen de sangre que te han extraído.
Podrían volver a llamarte al de unos días o unas semanas si el cuerpo del receptor ha rechazado el trasplante, o al de unos meses o años si el receptor recae y necesita otro.
Si quieres más información, ¡no dudes en contactarnos! Estaremos encantados de ayudarte en este proceso.