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¿Conoces las diferencias entre el cáncer infantil y el de adultos?

El cáncer es, sin duda, una enfermedad muy dura tanto como para la persona que lo padece como para aquellos que estamos a su alrededor. Sin embargo, puede ser muy diferente dependiendo de quién lo tenga. Es el caso del cáncer infantil. Y es que, aunque pueda haber parecidos entre adultos y niños, normalmente son muy diferentes. Hoy repasaremos esas características que los diferencian.

Diagnóstico

En el caso de los adultos, suele hallarse la enfermedad bastante pronto, en las primeras etapas del tumor, por lo que es más fácil de curar. Esto puede ser porque, por ejemplo en el caso de la población de riesgo se hacen pruebas y chequeos periódicos. Entonces, se localizan antes los problemas y se empieza antes el tratamiento.

Pero esto no es así en el caso de los más pequeños. Muchas veces, no pensamos que nuestro hijo pueda estar enfermo hasta que hay algo que hace que nos preocupemos. Y aún entonces, no se les suelen hacer las pruebas. Tampoco podemos culpar a los sanitarios de esto, teniendo en cuenta lo poco frecuente que es el cáncer infantil (Menos del 0,5% de los cánceres diagnosticados).

Además, en el caso de los adultos hay algunos factores de riesgo (como por ejemplo, algunos hábitos) que suelen tenerse en cuenta a la hora de buscar un diagnóstico, cosa que no ocurre con los niños.

La única solución para esto es apoyar la investigación, para así poder diagnosticarlos antes y que, por lo tanto, el tratamiento no sea tan duro. Ahora no se está investigando mucho porque, como decíamos antes, es una enfermedad muy poco frecuente y se suele investigar más sobre enfermedades más frecuentes. Aún así, en La Cuadri del Hospi, tenemos bastantes proyectos a los que puedes aportar para ayudarnos a avanzar con la investigación.

Tipos de cáncer infantil y adulto

No es solo que el cáncer infantil sea menos común que el de adultos, sino que los más comunes también son de diferentes tipos.

En el caso de los niños, los más comunes son los linfomas, el cáncer de hueso, los tumores y la leucemia. Resulta que esos tipos también son los más difíciles de diagnosticar, por lo que, a lo que ya hemos visto se le suma la dificultad del diagnóstico.

Dependiendo de la edad, las probabilidades de un tipo de cáncer u otro pueden variar. Por ejemplo, el 80% de los tumores cerebrales diagnosticados se da en personas de entre 10 y 15 años, y el linfoma no-Hodgkin es más común en niños de corta edad.

En el caso de los adultos, en cambio, los más comunes son el de mama, colon, pulmón y próstata. No son tipos tan comunes de cáncer infantil porque, al ser pequeños, por decirlo de alguna manera, esos órganos no han tenido tiempo de dañarse.

De todas maneras, los que hemos nombrado aquí son los tipos más comunes de cáncer, lo cual no quiere decir que no haya más.

Diferencias en el tratamiento

Con el cáncer infantil, suelen utilizarse los mismos tipos de tratamientos que con los adultos: quimioterapia, radioterapia, transplantes de células madre… Pero la duración o la cantidad de tratamiento que necesiten suele ser bastante diferente, y muchas veces los niños suelen tener que ir a otras Comunidades Autónomas a recibirlo. Eso no tiene por qué ser una mala experiencia, ya que se juntan con otros niños con experiencias similares, pero no deja de ser una dificultad para la familia.

Pero no todo va a ser malo: también es verdad que en el caso del cáncer infantil se suele responder mejor ante el tratamiento. En muchos casos, el cuerpo de los niños responde mejor al tratamiento que el de los adultos, y pueden recibir dosis más altas antes de que lleguen los efectos secundarios. Eso es porque, además de tener cuerpos y necesidades diferentes, los órganos de los adultos ya están algo dañados antes de empezar el tratamiento, sea por enfermedades, malos hábitos o simplemente por el paso del tiempo. Además de eso, parece que los niños también se recuperan antes de la quimioterapia, por lo que será algo menos difícil para ellos.

De todas formas, hay que tener en cuenta que, por las diferencias entre el cuerpo de un adulto y el de un niño, hay ciertos medicamientos y tratamientos que no pueden utilizarse en el caso del cáncer infantil, porque podrían no ser seguros para los más pequeños.